sábado, 18 de junio de 2011

Arbeyales, La Güergola, Ordiales de Arbeyales, Braña de Murias y Arbeyales


RUTA RETRO: AÑO 2009, SIN GPS


Después de una dura cosecha


 e inspirada por el inmenso  Helio y el prolífico Pocholo, unos amigos virtuales, me escapé a Arbeyales, para subir por la Foz de La Güergola


fiesta de agua y caliza


el invierno se despide




y ya fuera de la corta Foz  me dirijo a la derecha hacia la primera braña que visitaré



paso a paso



poco a poco



ganando altura sobre la foz



acordándome de Cienfuegos, otro virtuoso de la red


                                                  
hasta llegar a Ordiales de Arbeyales



desde esta camperina


 Si tuviste poco con la subida, puedes encaramarte a lo más alto del cordal que hemos atravesado por la Güergola y ver la cuenca del Saliencia, te lo aconsejo


 con Arbeyales allá abajo



Y la nieve en la cabecera del Valle


Para luego bajar a la braña. Aquí hay que perder el tiempo a placer


disfrutar de una arquitectura de siglos



con las vacas del Patillas, que así me dice le llaman. Detrás el Michu


Este señor, pastor en la braña, enseguida te  gana con su hospitalidad y elocuencia, siempre dispuesto a matar el día charlando con algún forastero.




¡Que curioso! comparándolo con una foto que le hizo papá hace tiempo, te das cuenta de como pasa la vida y lo duro del invierno somedano


ya es hora de proseguir el camino y tras una ojeada al mapilla


dirijo mis pasos hacia la siguiente parada, Braña de Murias


que todavía está a una tirada



 pero  a la que se llega en un agradable paseo siguiendo la pista que proveniente del pueblo de Saliencia conecta las brañas bajas.


Afortunadamente aún queda día por delante y  una puede disfrutar de Juan, quien está echando un pulso al  siglo. Hoy pasó el día cuchando en la Braña y sigue subiendo por la Güergola en  burro.... ¡a pesar de la pista oiga!.

Si pudiera adoptar a un  abuelo en Somiedo, el mío sería Juan, disfruto de la gente sencilla y  Juan es todo bondad y ternura, me cuenta miles de historias, habla con pasión de sus colmenas, de como se vivía antes... Quedó marcado por los desmanes de la guerra y prefiere estar aquí en las alturas, donde escapa de mañana. Se hubiera quedado si su hijo no sube a buscarlo.  Es cura,-dice Juan-, pero yo sólo veo a un hijo preocupado por su padre
 



Y bajando hacia la Güergola, cuando la sombra del Michu me atrapa y anuncia el final del día, veo enfrente la subida de la mañana, la nieve marca las  zetas del camino y en la collada se recorta "el paraíso del Patillas" que no suele bajar al pueblo por la Foz, sino a derecho por un atajo hasta la carretera. Me recuerda a Tino el de Ostón, que también prefiere el atajo a tropezar entre les piedres. Por mucho que los turistas dibujemos las rutas por  caminos hoy descarnados, ellos siempre huyen de lo penoso. No en vano están trabajando y ahí no valen ligerezas, hay que resolver



Y aunque a la entrada del pueblo parezca agotada




 Es sólo cansancio pasajero, pues me acuerdo de Juan y soy feliz



PD.- Va siendo hora de visitar el Michu. Cualquier día desde Braña Tuiza me animaré en homenaje al maestro Ortega (el de Turón) y sus cien montañas.... Por si acaso la encuentro vacía, no voy a bajar a Murias. A  tí  te pido que no cuentes aquí quien ganó el pulso al siglo, pues en mi memoria siempre que me acuerdo de las barñas somedanas, veo a Juan metido en faena. A mi llegada se para, se asea la cara en un tris, se desviste la boina , asoma una sonrisa sincera, da las tardes y enseguida sabes que allí uno es bienvenido.

martes, 14 de junio de 2011

Las Cuestas, Río Trubia, San Andrés, Buanga, Perlavia y Las Cuestas




http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=1778161


Como el domingo 12 de mayo amanece con un tiempo dudoso, papá, Sergio y yo, Cova,  nos preparamos para una ruta cerca de casa. Unimos los extremos de un sendero deficientemente señalizado como ruta del oso y con un tramo de enlace hicimos una ruta circular.




Al final salieron 11,9 Km. que a Sergio se le hicieron un poco pesados y eso que no perdonó la siesta al recostín de papá... que casi cuelga las botas... En fin, que no se queje tanto, que para eso  fue el promotor.



Te cuento un secreto,  pero no se lo digas a nadie, subiendo hacia la cascada de Buanga, cuando los pequeños trepábamos como rebecos  le ví llorar de emoción... eso sí, para dentro. 



Tiramos piedras al río, llovió un poco, estuvimos en un castañeu de cuento, comimos ensalada, vimos los pueblos  allí abajo como si fueran de mentira y por fin  llegamos a la cascada paraíso... pero las casas estaban rotas.


Luego comimos chuches, mini siesta en el prao, conocimos un perro futbolista y al llegar a Las Cuestas, Emilia que es un sol,  nos regaló bombones.


Papá ya nos perdonó los ¿falta mucho?

En fin, seis horas seis.